martes, 8 de enero de 2013

Superlunes

Ya estamos de nuevo aquí: las 7 de la mañana y el día rebosante de rutina por delante. Ahora me pondré con los almuerzos, las comidas y las meriendas. Luego, llevaré a los niños al cole y me iré a trabajar. Y por la tarde, ya veremos, porque el día sigue tan desaparecido y borrado como ayer: niebla espesa que hace que nada exista para los ojos. Es lo único que se ve por las ventanas. Incluso a estas horas en las que todo es oscuridad.
Ya han acabado las vacaciones de Navidad. Apenas dos semanas pero han dejado el poso de un viaje de meses. Ayer me supo a gloria el día de vacaciones post-Reyes. Lo necesitaba. Sí, un día así, de paréntesis, de vacío entre dos ritmos, el de las vacaciones y el del cole y el trabajo. Pusimos orden en la casa, eliminamos cualquier resto decorativo de celebraciones pasadas, cocinamos cosas sencillas y nos acostamos pronto.
Acaba de aparecer mi hijo diciendo que no quiere ir al cole... Vuelta a la rutina. Hoy, aunque sea martes, es un superlunes.