Pero hay otro motivo, además, que me lleva a hacer revisión, a recapitular, a rememorar los regustos del año que nos deja. Es el de hacer memoria y tomar conciencia del escurrirse del tiempo. De la finitud de estos días regalados que es la vida de cualquiera y volverlos a vivir de otra manera.
Me pasé el día 31 repasando cuales eran esos instantes que primero afloraban en mi memoria. Me acordé del primer día del año, de la espera eterna en una parada de autobús lisboeta de camino al acuario de la ciudad. El silencio de ese día: siempre parece que la humanidad ha desaparecido.
Me he acordado de mi viaje a París. Los nervios, el trabajo, el olor del apartamento, mi crisis alérgica, la gran discusión sobre el Sena y el falafel que se me escurria por la pechera del abrigo.
Recuerdo Gente casi perfecta y Noruega, su lluvia, su profundidad, su vida salvaje. Un estuche. Un soneto.
Los buitres del puente de mayo, el ciervo, Félix Rodríguez de la Fuente y los misterios de las preferencias sexuales.
La nieve y la ansiedad en Valdelinares. Mi consolidación como fan de Harry Potter. El viaje de cada invierno con mi primo JM. Los paseos en primavera con S. Una velada con guitarras y gin tonic sin ginebra. El empacho de B. a perritos calientes. El 87 cumpleaños de mi abuela. Semana Santa con paseo por Valencia y llanto por el bosque (¿dejarán mis hijos algún día de quererme?).
Recuerdo Irlanda. Con profundo amor. A mis amigas, la lluvia, las gambas nadando en el mar y la pesca de cangrejos. Perseguir jirafas con mis hijos. Regañarles. Sentir desesperación. Sentir felicidad y comer soda bread.
El comienzo del curso suave. El embarazo de M. Los proyectos que se desmoronan. Las reuniones de protolibros. El boxeo. La caída. La esgrima. Compartir de nuevo tiempo con J.
Siri Husvdt. Rachel Cusk. El gen Alexander. El cumpleaños de mi madre. Acción de gracias. El nacimiento de I. Su ingreso. Su alta. Una conversación con la directora del cole. Varias despedidas. El fallecimiento de la abuela C. Su 100 cumpleaños.
Más ligereza. Menos angustia. Mismas incógnitas todavía sin respuesta. Más arrugas. Más amor. El mar rompiendo en estaca de Bares y el viento loco, fuerte y ensordecedor.
Siri Husvdt. Rachel Cusk. El gen Alexander. El cumpleaños de mi madre. Acción de gracias. El nacimiento de I. Su ingreso. Su alta. Una conversación con la directora del cole. Varias despedidas. El fallecimiento de la abuela C. Su 100 cumpleaños.
Más ligereza. Menos angustia. Mismas incógnitas todavía sin respuesta. Más arrugas. Más amor. El mar rompiendo en estaca de Bares y el viento loco, fuerte y ensordecedor.
El año de la operación catalejo. Dobles identidades y sorpresas. Barcelona, reencuentro, amistad. El embarazo de V. Halloween y las tradiciones que inventamos. Los jacintos. Los tomates. Los hongos. La familia grande. Cenar con mis padres.
La negociación de un convenio. La firma, la huelga, la manifestación.
Desvelos y despertares. Lecturas compartidas. Las bicis de mi hermano. Enfados y risas. Madrugones, exigencias y cuetionamientos. Comida de verdad. Lo que funciona y lo que no. El comienzo de un fin. Y al día siguiente, volver a empezar.