Me mudo. Así es. Adiós a las vistas de los atardeceres dorados, rosados, rojos. A los cielos de tormenta y a las cimas nevadas. Adiós a la visión aérea, desde lo alto, de mi 8º. Adiós a los tejados. Adiós a la gente pequeña y a los que llegan al portal.
Mi próximo destino es paradójico: mismo edificio pero justo al revés. Un primero que mira al otro lado. ¿Se trata de una broma del destino? ¿Es un descenso a los infiernos después de haber rozado las nubes del Olimpo? Prefiero verlo como una nueva oportunidad en el mismo sitio. Porque a veces no hay que irse lejos. Las respuestas están en uno mismo y en este caso... en un mismo portal.
Todo al revés, todo dado la vuelta, todo mirando en sentido contrario pero todo igual.
Qué curiosidad más grande me despierta este cambio de escenario que me dispongo a documentar. Hoy es el día 1. Que empiece el show.
