El otro día vi un libro que me hubiera gustado tener para hoy, uno de diciembre. Se trataba de un calendario de adviento de cuentos. Un cuento para cada día y un pequeño objeto relacionado con cada cuento que servía para ir decorando, día adía, el árbol de navidad de cartón que el libro contiene. La idea del cuento me despertó las ganas de tener un calendario de adviento. No el típico de las chocolatinas, sino uno hecho en casa. Así que, como siempre, en el último momento, hoy mismo, con algunos sobres, restos de papel, pinturas, y pegatinas, mi hijo mayor y yo hemos montado este pequeño calendario de adviento exprés. Solo faltan las chuches.