Leo descubrió el Scalextric en casa de sus abuelos. Desde que lo vio solo quería uno. NO le interesaba hacer correr un coche por el circuito, sino montar atascos poniendo toooodos los coches en fila india. Una mañana de domingo, ya de vuelta en casa, David agarró unas cajas de cartón, un lápiz y unas tijeras y este fue el resultado. Ha dado muchísimo juego, pero Papá Noel ha traído un circuito "de verdad", con farolas, bocas de riego, semáforos, señales... que terminará por desplazarlo. El nuestro es carne de contenedor de papel...