domingo, 19 de enero de 2014

Jero Romero

La semana pasada me encontré en la sección de música de la biblioteca infantil de la ciudad donde vivo el primer disco en solitario de Jero Romero: Cabeza de león. Había escuchado un par de canciones en Radio 3 hace ya más de un año, cuando el disco vio la luz. Y me había quedado con ganas de más. Y como con tantas otras cosas en la vida, con ganas de más pero sin hacer nada por remediarlo.

El caso es que me hizo muchísima ilusión que alguien hubiera seleccionado este disco y lo hubiera considerado digno de los oídos infantiles, estimulante y gustoso para padres y niños. Porque ahí estaba, en la sección de música para niños, sin ñoñerías ni mediocridades.

Descubrí a los Sunday Drivers, grupo del que Jero Romero era el cantante, hace muchísimos años, en sus inicios, cuando venían por Madrid con una primera maqueta bajo el brazo y tocaban en la sala Moby Dick. Les seguí en todas sus maquetas, y luego discos, hasta que en los últimos les perdí la pista.

Y ahí estoy, poniendo el CD en el coche nada más salir de la biblioteca, sin aguantarme a llegar a casa. Ha sido una semana intensa, en la que los niños han coreado conmigo "Señor gigante" y yo, en mis trayectos en coche, me las he cantado todas una y otra vez. Es una sensación extraña, a estas alturas de la vida, escuchar de repente letras en castellano que dicen tanto. O que me dicen tanto.

He devuelto el CD con retraso. Tengo multa en la biblioteca hasta febrero. Pero ha merecido la pena.