El pasado 8 de octubre fue el primer cumpleaños del hijo de una amiga, Hugo. Le hice este muñequito. Imperfecto, por supuesto, pero para ser el primero y con el patrón dibujado por mí, creo que no está mal. Con este Hugo, ¡¡¡he abierto una puerta al mundo de los muñecos!!! No me atreví a pintarle cara por si la fastidiaba. ¿bordada? ¿pintada? ¿con botones? En algún sitio leí que los juguetes Waldorf no tienen rostro para estimular la imaginación de los niños, y este argumento me vino al pelo. Pues os presento a Hugo.