viernes, 5 de febrero de 2010

Receta zen


La receta consistía en rellenar todas esas caracolas y ponerlas a cocer. En un ataque de minuciosidad y paciencia zen rellené 250 gr. de caracolas. El resultado no fue proporcional al esfuerzo, pero como buena actividad zen, me entregué a ella sin pensar en los resultados. Como lo que hice fue una interpretación libre de la receta, el relleno se me atascaba cada dos por tres en la manga pastelera. Y a la hora de cocer, la mitad de las caracolas perdieron su relleno. A Leo no le gustó la cena. Pero David y yo, entre risas, nos las comimos sin rechistar.